Hoy he visto a una madre con su hijo. El niño lleva el pelo teñido de rojo. Y entonces he pensado, contra todo pronóstico, que quizá el niño hizo una apuesta que pasaba por teñirse el pelo de rojo pensando que su madre no le iba a dejar y se iba a librar. Sucedió todo lo contrario: la madre le pagó el tinte y de paso le enseñó el valor de la palabra dada.
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Retomando… Pensamientos.
Publicado: febrero 14, 2018 en Abstracto.-, Amor se escribe sin hache.-, Reflexiones cotidianas.-Me apetece escribir pero no sé sobre qué hacerlo…
La gente pasa y pasa…
Cada uno con su historia…
La pareja con la bebé a la que felicitan porque las niñas siempre son más espabiladas… «Y que se críe bien…!!». Él mide dos metros y tiene el pelo casi tan rizo como el mío… Ella es guapa, a secas. Guapa con su cara lavada y su coleta.
Los cuatro amigos que al unísono gritan «se ha quedado una mesa libre!»…
El hombre de barba larga, tupida y blanca que cubre una larga cara y que habla consigo mismo en voz alta…
Las dos parejas de adolescentes que fuman tabaco de liar mientras beben la birra que pagarán en el bar y comen la comida que han traído de sabe Dios dónde…
La chica que por fin ha sacado un hueco para ir a correr y, de algún modo, preparar la carrera que la espera dentro de tres semanas…
Y la otra enamorada que no deja de sonreír mientras camina… En quién estará pensando?
«Hacemos un brindis?» dice una de las que se alegró porque quedó una mesa libre…
Él prefirió comprar unas patatas fritas de toda la vida, porque los aperitivos mexicanos nunca le han convencido…
Se acaban de conocer. Y me pide permiso, de Ud., para coger «mi» silla… Por supuesto.
Un par de tragos y me la acabo. A la vuestra!
Feliz fin de semana,
Sabela.
A veces estás perdido… O perdiendo… Perdiendo las ganas… Perdiendo la ilusión… Perdiendo la esperanza… Perdiendo la cabeza… Perdiendo las razones… Perdiendo el norte… Perdiéndote.
Y entonces la vida da un golpe sobre la mesa. Y retumba. El sonido de ese golpe resuena en tu cabeza. Y hace eco.
Y despiertas. El despertar no es fácil. Así que échale huevos.
Pon la línea. Separa lo que vale y lo que no. Diferencia lo que importa de lo que carece de valor. Haz la lista de los pros y los contras. Saca la paja.
Sólo entonces, decide.
Tómate tu tiempo.
No hay prisa.
No hay presión.
Piensa en ti, en tus circunstancias.
Déjate llevar por lo que sientes, y no por lo que piensas. Déjate llevar por lo que sientes, no por lo que sienten. Déjate llevar por lo que sientes, no por lo que piensan.
Sólo entonces, decide.
Y decidirás bien.
Como dice Camus, la libertad no es nada más que una oportunidad para ser mejor.
Siempre cuesta un poco.
Aunque cada vez menos.
Y no, no tengo claro si eso es bueno, entonces.
La verdad es que ha sido raro. Has sido raro.
Esperaba comprender. Pero sigo sin entender nada.
No hay mal que por bien no venga.
Veremos cómo de malo fue. Y cuán de bueno puede llegar a ser.
Mientras tanto, me quedo con la fase. Con la única fase. (http://wp.me/p1fbay-9o)
Y mira que me lo dije… Que el misterio dura más que la certeza.
No sé si han sido los mayas o si ha sido el 2013, pero lo cierto es que algo, «chámalle x», está pasando…
Estos días de descanso en casa han sido fantásticos y por cuestiones de difícil explicación porque todas ellas traen causa de emociones, sentimientos, pensamientos…
Si las analizo detenidamente, hay un sentimiento que, como si de un águila se tratase, lo observa todo desde las alturas: la serenidad. Y esa serenidad lleva una sonrisa gigante en su cara.
Han sido unos días distintos, empapados de recuerdos, de reencuentros (conmigo, contigo), de re-valoraciones de reflexiones, de revisitas y re-afirmaciones. Han sido días de certeza y de incredulidad.
Y si cierro los ojos y estoy contigo, veo lo que hemos construido en tantos años, y lo injusto del momento que atraviesas. Veo lo que no quiero ver, y me duele. Y entonces deseo lo que mereces, y es que esta racha acabe pronto y todo vuelva a tu normalidad. También veo tu esencia, que durante todos estos años se ha mezclado con la mía, y que ahí sigue, viva como el primer día. Veo que a pesar de todo, a pesar del tiempo y la distancia, aquí seguimos, estando y siendo.
Y si cierro los ojos y estoy contigo, veo lo que hemos construido en tantos años, y lo bien que estás, y lo tú que eres. Veo lo que quiero ver… Te veo a ti!!! Y a pesar de todo aquí seguimos. Tú con tus olas, yo con mi todo. Y veo que te siento, que te pienso. Veo esos ojos, sinceros y puros, que sonríen afirmando que algo ha cambiado, que cuando vas y vienes, ves que sois (somos) muchos, pero que no hacéis (hacemos) ruido porque para eso ya están (estamos) otros. Veo el azul y el verde. Veo la diversión, la seguridad, la tranquilidad, el disfrute de vivir. Y me contagias, me contagias con tu magia.
Y si cierro los ojos y estoy contigo, veo lo que construimos, de-construimos, y hace un año volvimos a mirar y a decidir abrazar. Y entonces me haces recordar. Y me alegra saber que vuelves a formar parte de algo.
Y si cierro los ojos y estoy contigo, veo lo que construimos en taaaantos taaaantos años y a lo que hemos llegado. Y veo lo que fuimos y lo que somos. Veo que vas cambiando, poquito a poco, y pensando y reflexionando. Veo que te cuestionas, que te preocupas, que te permites, que te castigas, que te perdonas. Veo que creces. Veo que cada vez eres más tú y que no importa el tiempo que pase. Veo que cada vez te quieres más y entonces yo también te quiero más.
Y si cierro los ojos y estoy contigo, veo lo que construimos en unas horas. Veo los nervios, la ilusión, las ganas. Me veo y te veo, aunque no vea nada. Y me pregunto aunque no me contesto. Y recuerdo los dibujos animados, la magia, las canciones, lo olores. Y sonrío. Y me siento a esperar, disfrutando la espera porque… Estamos vivos!!!!
No somos conocedores de la información que guarda nuestro cerebro. No sabemos cuántos recuerdos permanecen ahí dentro, como un volcán dormido que espera una señal para echar fuera todo lo que le atormenta desde hace meses, años…
Y entonces un día te subes a un bus y todo vuelve. Y sonríes. Y los ojos se te llenan de lágrimas. Por los tiempos que fueron. Y no volverán a ser.
Y entonces das gracias por todo lo vivido. Sin esperar nada a cambio.