Hoy he visto a una madre con su hijo. El niño lleva el pelo teñido de rojo. Y entonces he pensado, contra todo pronóstico, que quizá el niño hizo una apuesta que pasaba por teñirse el pelo de rojo pensando que su madre no le iba a dejar y se iba a librar. Sucedió todo lo contrario: la madre le pagó el tinte y de paso le enseñó el valor de la palabra dada.

Paz.

Publicado: julio 15, 2016 en Reflexiones cotidianas.-

Casi hace un año que no escribo nada aquí… Lo acabo de ver en la última entrada (hace 332 días…).

Y hoy me decidido pero para poca cosa, o mucha, según se mire…

Solo quiero decir que cuando te encuentras, el encuentro es maravilloso. Que cuando estás bien, de verdad, respiras y el aire llega a todas partes. Que no hay mejor estado que el que conlleva la aceptación. Y que todo marcha, a su ritmo, pero marcha, y eso es lo importante.

Estoy tranquila, estoy bien, siento esa paz interior que hacía tiempo que buscaba.

Pararse para volver a andar es necesario, imprescindible a veces, diría yo, y yo me paré y ya vuelvo a caminar.

En fin, que feliz viernes, y que como me dijo hace horas una persona que ocupó un lugar importante en mi vida hace 10 años, y que rescató un email que yo le envié hace 10 años, para, sin saberlo, recordarme mi esencia, cuidate, quiérete y disfruta.

No sé si a vosotros os pasa. En mi caso, es una constante en mi vida: llegan etapas en las que leo y escribo sin parar; luego llegan otras en las que no hay nada que me dé más pereza en el mundo.

Bueno, pues llevaba un tiempo instalada en la segunda. Y de repente, no me preguntéis por qué, he vuelto a la primera.

Lo que pretendo con esta entrada, de forma breve (porque estoy sentadita en una terraza disfrutando de «De qué hablo cuando hablo de correr» y de un agua sin gas fría y una tapa de tortilla y croquetas de verdad) es transmitir que los libros y la escritura sientan bien.

Cuando cierro mi libretita marrón, llena de celo porque se estaba haciendo añicos de tanto pasearla en el bolso, o cuando hago una pausa en el libro de turno, normalmente lo hago con la misma sensación: no sé calificarla.

Es una sensación muy concreta que solo viene en estas dos situaciones. Pero me llena. Y habitualmente me hace sonreír.

Así que, conozcan o no esas dos etapas de las que les hablaba al inicio, lean! Escriban! Sienta bien! Es fantástico! Llena!

Sigo con mi agua sin gas fría… Y con mi libro y mi libreta… Ya no queda tortilla ni croquetas…

Empezó el sábado a las 19.00 horas y acabó hoy, lunes, a las 9.00 horas.

A las 19.00 del sábado recogí el teléfono (y los papeles de asistencia jurídica gratuita) de una compañera veterana que fue muy amable y que dedicó unos minutos de su tiempo a darme unas pinceladas de lo que podía encontrarme en las horas que me quedaban por delante. El teléfono es un Nokia última generación con un cargador muy mono (modo ironía on).

Desde ese momento empecé mi carrera de una mujer pegada a un teléfono… Más de lo que ya lo estoy habitualmente al mío, que ya es decir!

Me fui directa a casa. Lamentablemente estaba con un dolor de cabeza de esos que no te dejan siquiera ver nítidamente. Y para rematar la tarde vomité dos veces con un espacio de una hora entre cada vez.

El aparato negro ese no hizo min un ruido hasta el día siguiente. No obstante, yo me desperté cada hora, como si hubiera programado algo en mi cabeza para hacerlo supongo que por el maldito sentido de la responsabilidad.

El domingo me desperté a las 8.30 (mi dolor de cabeza, después de una noche toledana como la que había pasado, estaba sustancialmente peor) y a las 9.00 llamé al juzgado de guardia para saber qué tal habían dormido ellos y si ya había algo programado para la mañana, si querían que me acercara ya, etc. (Yo qué sé… Es lo que me dijeron otros compañeros que tenía que hacer). Me contestó una mujer muy amable que me dijo que allí estaba ella sola, adelantando trabajo (para que luego digan….) y que hasta las 10 no sabría qué decirme porque sería entonces cuando llegaría Su Señoría y el Fiscal. Le dije que a las 10 volvía a llamar y me dijo algo así como que sí, pero que yo ya estaba de guardia. Le respondí que desde las 7 de la tarde del día anterior…!

Así que volví a cerrar un ojo (con el otro miraba al teléfono como si no tuviera sonido).

Y a las 10 volví a llamar. Esta vez me contestó un hombre, también amable, que me preguntó cuánto tardaba en llegar al juzgado. Le dije que 15 minutos y me dio permiso para quedarme en mi casa: «Si solo tardas eso, te llamamos si sale algo».

Así que me quedé un poco más tranquila, hasta las 11.30… El chisme ese sonó.

– Buenos días. Letrada de guardia?

– Sí, soy yo.

– Mira, tienes que venir que tenemos una imputada a las 12.30.

– De acuerdo, a las 12.30 estoy ahí.

– Ven un poco antes para leer los papeles.

– (Pensé, claro, coño, cómo no lo he pensado yo sola). Sí, sí, estoy ahí antes. Muchas gracias.

– Adiós.

– Adiós.

Colgué.

Mierda. No he preguntado nada. Ni de qué iba el tema, ni si tenía antecedentes. Nada. JODER. Y si es un tema de violencia o de menores? Que yo no puedo asistir ahí… Bueno, da igual, yo voy y allí ya veré qué hago. JODER.

Ducha rápida. Vestido cómodo (día de playa que te mueres aunque a mi cabeza, como si llovía a chuzos), carnet, teléfono 1, teléfono 2, dinero, llaves, LECr, CP, papeles de asistencia… Bolso entero… Carpeta entera… Arreando…

Taxi.

Llego al Juzgado y el taxista se sorprende cuando le doy dinero.

– ¿Pero Ud. no tiene un papelito que a mí me sirve para cobrar?

– ¿De qué me habla?

– ¿Pero Ud. no es la juez de guardia?

– No, señor. Yo soy la letrada de guardia.

– Pues averigüe, averigüe… Que a mí me dan unos papelitos y listo. Yo le doy un ticket por si luego Ud. puede recuperar su dinero.

– Me da a mí que eso es para los VIP… Yo soy la pringada del equipo…

– Bueno, Ud. averigüe no vaya a ser…

– Muchas gracias!

– A Ud.! Y que le sea leve!

Plas… Vuelco en el estómago.

Entro por la puerta y de inmediato identifico a mi primera cliente de guardia y a la oficial que está acompañándola. Con la misma inmediatez ellas me identifican a mí.

Por suerte, después de las presentaciones oficiales, lo primero que me dicen es que la imputada (que no sé por qué leches no dijeron ya investigada), está esperando letrada particular, pero que espere por si acaso.

Aproveché mi tiempo leyendo la denuncia y haciéndome una idea de qué iba el tema.

Y a los pocos minutos llegó la compañera, la abogada particular.

Afortunadamente también era muy amable, por lo que estuve presente en las declaraciones.

Y gracias a eso me enamoré de la juez. Casi lloro de la emoción cuando acabó de interrogar al denunciante.

Poco más puedo decir aparte de que aprendí un montón gracias a la compañera y a las personas que estaban allí que eran facilitadoras de todo lo que os podáis imaginar. También quiero decir que durante las declaraciones éramos cuatro mujeres y me sentó bien, oye.

Llegué al juzgado a las 11.45 y me fui a las 14.45.

Solo diré una frase que creo que nunca olvidaré dicha por una mujer a un hombre:

«Las relaciones sexuales se tienen dolosamente y con dolosamente quiero decir intencionadamente, voluntariamente».

Estamos?

Taxi otra vez y a intentar comer algo porque mi cabeza estaba a punto de explotar (en ese momento llevaba 24 horas sin ingerir nada sólido).

Comí y para casa.

Érase una vez una mujer pegada a un teléfono…

Y así estuve hasta hoy a las 9.03 que lo devolví.

Di una vuelta por la zona, después de preguntar qué pasaba con la pasta de las asistencias cuando no te entraba nada (porque al final yo no hice nada (aparte de aprender, que es mucho), pero estabas pegada a un teléfono 38 horas (las asistencias se reparten entre todos los que estamos de guardia y el que pilla algo más, suerte para él), y como la Audiencia está al lado presencié una bajada de autos…

También vi una rana verde muy bonita pintada en el suelo. (No son alucinaciones… Hoy ya no me duele la cabeza).

Que tengan un feliz lunes.

Fdo. La ex letrada de guardia.

NOTA ACLARATORIA: la frase sobre las relaciones sexuales fue dicha en un contexto en el que el hombre decía que la mujer le había engañado para quedarse embarazada. Esa frase fue respuesta a tal planteamiento y con ella se quería decir que si el hombre no había sido violado, en cuyo caso se habría cometido un delito, la relación sexual había sido consentida y por tanto la palabra «engaño» estaba fuera de lugar.

En algún momento de esta semana mi madre compartió en Facebook una noticia que contaba la situación vivida por una familia que tenía que desplazarse urgentemente en avión para que trasplantasen a un niño y que tuvo problemas con la primera compañía aérea por temas de protocolos de actuación.

Dejando a un lado en este momento mi opinión sobre los protocolos de actuación (alineada con el entorpecimiento que muchas veces provocan), la noticia me llevó, a pesar de lo triste de la historia, a reflexionar sobre la necesidad de las personas aun a pesar de la constante (y a veces peligrosa) evolución de las máquinas.

Y es que en este supuesto concreto fue una persona, seguro, la que dio un golpe sobre la mesa al tiempo que decía «a la mierda los protocolos!».

La primera compañía aérea entendió, ajustándose a ese (dichoso) protocolo que como la familia se presentó en el aeropuerto sin billete y con menos de dos horas de antelación a la salida del vuelo que pretendían coger no era posible aceptarles sin tener en cuenta (malditas máquinas _las propiamente dichas y las que son algunas personas_) que la razón no era otra que una llamada de un hospital para que se personaran de forma urgente en un hospital a fin de realizar un transplante esperado desde hacía dos años por un niño de diez.

Así que la familia se tuvo que dirigir a otra compañía, con el mismo protocolo o parecido, en el que un ser humano pensante decidió, como dije antes, que «a la mierda los protocolos» y que la situación era lo suficientemente excepcional como para actuar con lógica y conciencia y subir a esa familia al avión.

Y entonces yo voy y me tranquilizo. Y pienso que las máquinas solas no servirán para nada. Porque una máquina no puede aplicar la lógica que manda la conciencia. Porque una máquina no puede ponerse en mi lugar ni el en tuyo cuando se trata de familia y de amor. 

Personas que a veces piensan que se están convirtiendo en máquinas… Vuelvan a ser personas del todo! Les necesitamos!!

Volver para marcharse.

Publicado: marzo 7, 2015 en Uncategorized

Hace meses que no escribo. Mejor dicho, hace meses que no publico lo que escribo. Porque aquello es mío, solo mío.

Y ahora acabo de decidir que sea vuestro también.

Volver para marcharse. He vuelto para marcharme. Porque a veces, cuando te preguntas por qué te fuiste, solo tienes que volver para recordarlo.

Y es que sí. Das mucho, pero quitas más. Y solo cuando vuelvo recuerdo lo que había olvidado.

Vuelvo para marcharme. Y solo cuando me marche, supongo, querré volver. Para marcharme de nuevo.

Fdo. Madrid.

¿Por qué escribo?

Publicado: diciembre 18, 2014 en Uncategorized

Lo que ellos no saben

 A veces, días como hoy en los que no he parado ni un sólo minuto llego a casa reventada y me pongo a reflexionar. Hoy he llegado y sólo tenía una cosa en la cabeza “tengo que escribir un post”.

He abierto el word y he estado mirando la página en blanco un rato. Yo la miraba y ella me miraba a mí, pero nada, no he encontrado nada que me inspirase como para escribir ese post que sé que le debo al blog. Y en medio de la frustración “de la página en blanco” me he hecho a mi misma esa pregunta que tantas veces me han hecho los demás ¿Por qué escribo?escribir 3 Como la mayoría de las buenas preguntas, ésta tiene una difícil respuesta, me atrevería a decir que ni siquiera yo tengo muy claro por que escribo.

Escribo porque me gusta, me desahoga, me relaja y me…

Ver la entrada original 139 palabras más

Llega un momento en el que, cuando eres consciente de que tienes a gilipollas delante, no puedes seguir discutiendo… Porque ahí abajo, en la gilipollez, te ganan seguro…

 

Conducir de noche mola: hay menos tráfico y más compañerismo.

 

Siempre que conduzca de noche y pase por un peaje recordaré esa escena de Bar Coyote en la que el padre les pide a sus compis un homenaje para su niña bonita, y se monta un espectáculo de luz y color.

 

No hay que tener miedo a la segunda vez cuando la cagaste la primera. No puedes rayar un coche cada vez que entres en el garaje… 🙂

Orange.-

Publicado: julio 16, 2014 en Hasta las narices.-

He decidido crear una nueva categoría en el blog por la cantidad de cosas que me pasan (y que imagino que también os pasan a vosotros), que me cabrean, y ante las que normalmente, aunque cada vez menos, me callo.

La categoría se va a llamar «Hasta las narices», porque así es como estoy, hasta las narices.

Como sabéis, he trasladado mi residencia a A Coruña y, claro, en Madrid tenía internet y con Orange.

Por no hacer un estudio de mercado y averiguar qué compañía me ofrecía mejores y más baratos servicios (primer error), llamé a Orange para preguntar qué había que hacer para tramitar un traslado de domicilio. Me lo explicaron y, primer dato relevante, me dijeron que tenía que llevarme mi router de Madrid a A Coruña y que luego un técnico vendría a activarlo aquí.

Así lo hice y así fue: me lo traje y un técnico lo activó.

En el ínterin pasaron varias cosas «simpáticas»:

i) Me llegó un mail de Orange dándome las gracias por contratar mi ADLS con ellos.

ii) Me llegó un segundo mail de Orange diciéndome que lamentaban mi decisión de causar baja en la compañía.

iii) Me llegó un paquete a una oficina de Correos que remitía Orange.

Pues bien, cuando el técnico vino a mi casa le pregunté si él sabía qué podía ser ese paquete que me remitía Orange, y me dijo que probablemente sería un router. Y le hice la pregunta que tocaba: pero si yo ya tengo este, el que acabas de activar, por qué me envían otro? Pues porque no se enteran, pero quédatelo y así, si alguna vez te falla este, tienes otro de repuesto, me contestó.

El caso es que me fui a Correos y recogí el paquetito (segundo error) y, efectivamente, era un router.

Me lo llevé a mi casa y lo metí en un mueble.

Y entonces volvieron a suceder cosas «simpáticas»:

i) Me llamó una chica de Orange para decirme que sentía mucho que me hubiera dado de baja y para preguntarme cuándo podían pasar por mi casa a recoger el router. Le expliqué que yo no me había dado de baja, que lo que había hecho era un cambio de domicilio, y le pregunté qué router querían recoger. Se sorprendió y luego me dijo que recogerían el nuevo y que me llamarían antes para quedar y recuperarlo.

ii) Esta mañana me llamó un chico de mensajería para decirme que estaba en el portal para recoger el router. Le dije que yo no estaba allí y entonces me preguntó cuándo podía pasar. Le pedí que mañana entre las 11 y 11.30 y me dijo que necesitaba un margen de 3 horas. Le expliqué que yo no podía estar 3 horas en casa esperando a que aparecieran y me propuso que lo dejara en una oficina  del INE que hay cerca de casa.

iii) Me fui al INE (tercer error) y, con cara de coña, les expliqué lo que el chico me había dicho. Como me esperaba, fliparon. Desde allí llamé al chico, le expliqué la situación y le dije que como ellos, empresa de mensajería, no tienen la culpa de nada, que yo no devolvía el router y que ya vendría Orange a reclamármelo (primer acierto).

Así que en esas estoy… Esperando a que Orange, que me dio un router para luego pedirme que se lo devolviera, haga las gestiones que estime convenientes para recuperarlo, porque yo ya he recibido varios mails y llamadas sin sentido y ya me he dado unos cuantos paseos por algo que, en realidad, les interesa a ellos y no a mí.

Ea.

Gracias, Madrid.

Publicado: julio 6, 2014 en Uncategorized

Cierro fase. Llegué un 30 de junio del año 2008 y un 30 de junio de 2014 entregué las llaves de mi casa de Madrid. Esta semana estoy de prestado. Mañana juicio y a las 21.30 vuelo.

6 años maravillosos. Y que han llegado a su fin. O tal vez a su equilibrio.

Los que me conocéis de verdad sabéis que no soporto a las personas desagradecidas. Creo firmemente que agradecer es una de las formas de querer. Y como os quise, os quiero y os querré, ahí van mis agradecimientos:

Primero, gracias, Susana, por haberme dado aquella oportunidad que conllevó que me viniera aquí a vivir… Dos entrevistas telefónicas y una presencial… Me fui con el sí más feliz que unas castañuelas…!!!

Antonella, gracias por haberme acogido aquella primera noche antes de mi primer día de trabajo.

Santi, gracias por haberle echado humor a aquel día que no fui a currar y por decir cosas bonitas en mi despedida aunque hubiera una coletilla sobre el día que me quedé dormida en la mesa…………. Te he robado tu «vamossssssssss»!!!!!!!!! Y lo digo con mucha fercuencia!!!!

Mis vascos, gracias por aceptarme en aquella casita !!! Fue bien, no? Ay, Ana… Ay, Valeriano…

Pablo, gracias por llevarme a cenar a aquel vegetariano de La Latina y no dejarme deshacer la maleta… Fue un gran recibimiento además de la mejor cosa que podía haber hecho. Gracias también por dejarme tu coche (o esto igual debo de agradecérselo a los gin-tonics que te habías bebido en aquel tren volviendo de Sevilla!!); aquel día me salvaste la vida. Gracias también de mis padres por ser tan, tan encantador con ellos aquí. Y gracias por decirme aquel «ya llegará…».

Unai, gracias por comulgar con aquel sí que te decía Pablo con la cabeza para que me quedara en el piso. Gracias por aventurarte a aquel Cabo Verde que tantas risas nos trajo y nos sigue trayendo de vez en cuando! Gracias por Donosti y por no dejarme dormir alguna que otra noche… 😉

Román, gracias por no interrumpir aquella conversación telefónica con mi madre a pesar de que creías que era gótica y te di un poco de miedito… Y gracias, también, por las cervezas y las copas, los bailes, las conversaciones… Gracias por hacer que me planteara cosas que nunca antes me había planteado y por revolverme y dejarte revolver.

Gracias, chicos, por recibirme, por meterme en esa cuadrilla de gente maravillosa que se ha convertido en parte de mi familia «madrileña» y que tantos y tan buenos momentos me ha dado, por haberme hecho sentir como una más desde el minuto uno.

Gracias también por haberme recibido en vuestras casas vascas y engañarme un ratito (ratito, eh!) con la estatuta del fundador… Por enseñarme el paseo de La Concha, Igueldo, los buenos pintxos con el mejor txacolí, por llevarme al Santoto y dejarme comer un bocadillo de chistorra a las 11 de la mañana… No pienso daros las gracias por las fiestas de la carne, ni por las vísceras, los sesos, las gallinejas y los entresijos… Aunque vuelvo a darlas por las noches de música y buenas botellas de vino.

Gracias, Amaia y Javi, por hacerme partícipe de uno de los días más importantes de vuestra vida. Javi, bendita pregunta la de aquella noche!! Amaia, gracias por aportarme en taaaaantos momentos esa tranquilidad, esa serenidad, esa madurez, esa comprensión, esa sensatez, que tan, tan bien me ha venido.

Zarala, gracias por aguantarme cuando me quejaba por el curro… Aquellas conversaciones fueron importantes para mí.

Gorka y Jonmi, gracias por hacerme valorar más las cosas y por enseñarme un trocito de la cruda realidad con final feliz.

Ander, te meto en el saco porque, aunque desde Barcelona, formas parte de esta cuadrilla para mí. Y sí, al fin del mundo!!!

Argoitz, todavía guardo aquel book que te hicimos en la fiesta de mi piso… Vaya unos que sois Unai y tú!! Gracias por dejarme ver un poquito tu forma de sentir la vida y, sobre todo, por enseñarme que, cuando se cree en algo, hay que dejarlo todo para ir a por ello.

Gracias a todos, de corazón, porque habéis hecho que mis años en Madrid hayan sido ciertamente felices.

Jérémie, gracias por todo lo que me diste y por todo lo que me quitaste. Gracias a ti soy la que soy. Gracias por París, Noyers, Florida, Tenerife, Segovia, Ávila, Astorga, Galicia, Londres, Aranjuez, etc. Gracias por dejarme estar en el suelo pintando muebles y ocupar todos los armarios… Y gracias, claro, por enseñarme a hacer una quiche como Dios manda.

Benji, lamento nuestro distanciamiento y te doy las gracias por haber vuelto de alguna manera. También quiero dártelas por haber compartido aquellas semanas conmigo y por ser sincero, como sé que lo fuiste. Te guardo un gran cariño.

Isabelle, Manu, Judith y Shreepal, gracias por acogerme en vuestras casas y tratarme como una hija o hermana más. Isabelle, gracias por tus palabras de despedida; las sentí muy dentro. Manu, gracias por usar tus años en Brasil para traducirme las conversaciones francesas de aquella cena. No puedes imaginar cuánto te las agradecí! Y todavía recuerdo aquel «perigoso»!

Gracias, Mónica. Fue una gran suerte haberte conocido. Es lo que siempre deberemos a Page! 😉 Gracias por tantas conversaciones, por tantos cafés, por noches muy divertidas. Gracias por esperarme con tu coche y el maletero abierto. Gracias por estar ahí siempre que te he necesitado. Espero estar a la altura.

Gracias, azafato, por darme un cuchitril (muy mono, eso sí!), en el que meterme cuando tenía que escapar. Fueron tres meses en los que tuve que recomponer mi vida y lo conseguí.

Irene, gracias por estar en aquellos días duros. Por no preguntar cuando desaparecía… Por las muchas risas que nos hemos echado a costa de los *****guays! Por las muchas cervezas que nos hemos bebido en La Contenta… Por las comidas y las cenas. Y también por las copas. Gracias por tus tarjetas navideñas… Las guardo todas!!!

Sabela, gracias por venir a visitarme en un momento flojo. Qué bien nos lo pasamos aquellas noches!! Gracias Nano y Fer por hacerlas tan divertidas!! Todavía me acuerdo a veces de Caprabo, cortar jamón, desconectar y contar hasta 5, o los australianos y su mal vivir al revés… Y no os imagináis cómo me río!!

Gracias, María, por aceptarme en el piso de Eloy Gonzalo aunque al final las cosas no fueran como esperábamos. Esa mujer es superior a mis fuerzas y, finalmente, tuve que comprobar de nuevo que tengo dientes y uñas. En cualquier caso, me quedo con aquellas noches charlando sobre los hombres y sus extraños comportamientos!

Y gracias, Lola (nunca pensé decir esto!!!!) por dejarme entrar en el piso de Fernando El Católico… Conocí a gente muuuuy chunga, es verdad, pero me llevo a Pablo y a Eric que valen su peso en oro!!!

Pablo, gracias por darme a conocer tu mundo, por revolverme, por hacerme abrir los ojos.

Eric, gracias por todo. Por compartir desayunos, comidas (tuyas, mías, de tu mami y de la mía), cenas, pelis, programas basura, por presentarme a tu madre, a tu hermana y a Silvia (son de esa gente a la que hay que conocer), por pasearme en moto, por hacer de conductor cuando yo hacía de paparazzi, por intentar enseñarme algo de propiedad intelectual… Por darme unas vueltas por Barcelona y darme a conocer a tu gente. Y, lo más importante, gracias por ser «mi amarillo».

Eduardo… A ti también he de agradecerte tanto… Gracias por aquella oportunidad un 21 de septiembre del año 2009. Y gracias por la que me estás dando ahora. Profesionalmente soy lo que soy gracias a ti. Es algo que nunca podré agradecerte lo suficiente. Y también soy la que soy personalmente, en parte, gracias a ti, así que… A tus pies!!! Conservaré esas llaves como oro en paño! Lo juro!!

Marcos… Gracias por enseñarme que a veces la mejor opción es pasar o dejar que las cosas salgan por una oreja igual que entraron por la otra… Gracias por compartir conmigo desayunos (con Nesquick y galletas), comidas y algunas copas. Supongo que ahora más, no?

Marta, gracias. Gracias por el reencuentro y por hacerme ver que hay cosas que permanecen sin importar el tiempo que pase. Fue todo un regalo volver a conectar y compartir contigo momentos tan buenos como el concierto de Cold Play, los viajes a Estambul, Conil, las Azores, Tailandia, la escapada a tu tierra, etc. Gracias por presentarme (y prestarme!) a toda esa gente a la que quieres tanto.

Anuska, un placer habernos reencontrado. Y encontrarte en Blanca de Navarra rodando, más!! 😉 Gracias por recordarme aquellos viejos tiempo y una pañoleta roja que pone «TQ» y que aun conservo!

Luis… Qué te voy a decir… Te adoro. Eres de esas personas que merecen la pena te mire por donde te mire. Gracias por transmitirme tantas cosas y por ser tan leal, honesto y, sobre todo, tan tú.

Albita! Que noche la de aquel día! Gracias por descubrirme un mundo que siempre estuvo dentro de mí, pero que salió a la luz sobre todo contigo!! Espero más noches como aquella! Tendremos que apañárnoslas!!!!

Mafi y Emilio, gracias. Sois de esa gente especial, que hace que tu vida esté cargada de energía. Gracias por echarme una mano con aquella mudanza prestándome vuestro coche. Emilio, gran corto! Me alegro de haber estado allí! Maf, un placer haber compartido al porno star!! 🙂

Jos! Qué te voy a contar, querida argentina-ibicenca? Que tu rollo mola! Y que eres un sol!!! Y esa capacidad tuya para seguir y seguir y buscarte la vida siempre me ha sorprendido!! Hemos compartido determinados sentimientos y te doy las gracias por ese compartir! Sienta bien!

Érika… Gracias por facilitarme las cosas, por ser el más grande de los apoyos dentro del despacho, por convertirte en mi amiga, además de compañera. Gracias por tu sinceridad y confianza. Gracias por darme tanto y tan bueno. Cómo me va a costar…

Juanjis!! Gracias de nuevo!!! Fueron muchas horas con subidas y bajadas pero todas buenas!!! Me quedo con tus historias de abuelo cebolleta de 35!!

Luz, qué suerte la mía!!! Me llevo una amiga de las que molan mucho!!! Molas mucho!!!! Y no te preocupes, que con Skype apañamos seguro!!! Aunque no me pongas en la pantalla grande que seguro que se escapa un trozo de pijama!!!

Cathal, nos conocimos tarde, pero dio tiempo. Gracias por enseñarme cosas en inglés. Y lo digo así porque siento que me has enseñado un poco de todo y en inglés, claro! Vemos y sentimos parecido… Supongo que nuestros orígenes, a pesar de los km que los separan, tienen algo que ver. Pues a por ello vamos! Gracias por dejarte encontrar!!

Gracias, personitas todas, a las que me refiero concretamente aquí y a las que de una forma u otra también habéis pululado por estos fantásticos tiempos, porque, como dice la canción, me habéis hecho la vida agradable. Y de verdad.

Manuel Scorza decía: «No sé si sabes lo que quiere decir adiós. Adiós quiere decir ya no mirarse nunca, vivir entre otras gentes, reírse de otras cosas, morirse de otras penas». Porque espero miraros muchas más veces, aunque viviré entre otras gentes, reiré de otras cosas y moriré de otras penas, HASTA LUEGO!! Y que la vida os traiga lo que César Pop dice en Flacos y Famosos…