A veces, días como hoy en los que no he parado ni un sólo minuto llego a casa reventada y me pongo a reflexionar. Hoy he llegado y sólo tenía una cosa en la cabeza “tengo que escribir un post”.
He abierto el word y he estado mirando la página en blanco un rato. Yo la miraba y ella me miraba a mí, pero nada, no he encontrado nada que me inspirase como para escribir ese post que sé que le debo al blog. Y en medio de la frustración “de la página en blanco” me he hecho a mi misma esa pregunta que tantas veces me han hecho los demás ¿Por qué escribo?
Como la mayoría de las buenas preguntas, ésta tiene una difícil respuesta, me atrevería a decir que ni siquiera yo tengo muy claro por que escribo.
Escribo porque me gusta, me desahoga, me relaja y me…
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coordenadasdexistencia 
Acá también por lo mismo. Es como si la palabra queda atrapada por dentro y te desesperas por sacarla, hasta con gárgaras y golpes de espalda, pero se desliza a los brazos recorremos dedos, tiemblan en secuencias y te escuchas por dentro. Mientras por o a lo o y sin pedir permiso salen de la nada tres a cuatro palabras deletreadas en un papel sumiso. Así y solo así, descansas en la almohada respirando ferviente y tranquilo que la oración no haya explotado contigo. Saludos