A veces estás perdido… O perdiendo… Perdiendo las ganas… Perdiendo la ilusión… Perdiendo la esperanza… Perdiendo la cabeza… Perdiendo las razones… Perdiendo el norte… Perdiéndote.
Y entonces la vida da un golpe sobre la mesa. Y retumba. El sonido de ese golpe resuena en tu cabeza. Y hace eco.
Y despiertas. El despertar no es fácil. Así que échale huevos.
Pon la línea. Separa lo que vale y lo que no. Diferencia lo que importa de lo que carece de valor. Haz la lista de los pros y los contras. Saca la paja.
Sólo entonces, decide.
Tómate tu tiempo.
No hay prisa.
No hay presión.
Piensa en ti, en tus circunstancias.
Déjate llevar por lo que sientes, y no por lo que piensas. Déjate llevar por lo que sientes, no por lo que sienten. Déjate llevar por lo que sientes, no por lo que piensan.
Sólo entonces, decide.
Y decidirás bien.
Como dice Camus, la libertad no es nada más que una oportunidad para ser mejor.