Apareces, y aunque el tiempo invertido se vuelve perdido, todo deja de importar. Me aportas fuerza, energía, determinación, concentración, ilusión, sonrisas, fe y confianza, transparencia, tranquilidad, aplomo, alegría, constancia. Clarificas mis ideas, mis sentimientos, las palabras se suceden sin fin, y recuerdo cosas, y grandes sensaciones me invaden, y una atmósfera especial lo rodea todo y lo hace fantástico.
Pero tengo que cuidarte… Porque eres frágil… Tanto, que el vuelo de un mosquito puede matarte… Y creas adicción… Nunca sé si es la última vez que voy a poseerte… Jamás sé si vas a volver… Temo perderte… No quiero abusar de ti… Y de repente te cansas, te saturas, te agobias, y desapareces sin avisarme.
Y otra vez me siento a esperarte…