Odio estas sensaciones… Dios. Las odio con todas mis fuerzas.
Vienen e invaden mi cuerpo… Y entonces mi mente se bloquea porque sabe que esas sensaciones van a traer recuerdos que preferirías no tener.
Es horrible. Tu mente se bloquea y se desbloquea. Y entonces, ahí estás: metida en la mierda.
Y recuerdas la mayor de las estupideces: cuando eran las 9 de la noche de un domingo cualquiera, tenías que ir a lavarte el pelo y le pedias unos minutos más de mimos en aquel sofá de piel blanca mientras veíais otro capítulo de Friends…
Y algo se revuelve en tus entrañas. Y cae la primera lágrima y detrás de ellas todas las demás que estaban ahí desde… Yo qué sé desde cuándo.
Esto tiene que acabar.
Ha pasado demasiado tiempo ya.
No puede seguir doliendo.
¿Por qué cuando quieres, quieres tanto?