Algunos dicen que ven muertos… Otros, que se les aparecen vírgenes… Y yo… Pues yo digo que «se me desaparecen» personas…
Siempre he querido dedicarle una reflexión (con contenido) a este tema de aparecer y desaparecer. Y hoy es el día, aunque no sé si la hora.
Verás… A mí se me desaparecen personas… Sí, tal cual, se me desaparecen…
Voy a ponerte un ejemplo (aunque tengo dos…!):
Poco tiempo después de llegar a Madrid conocí a una persona. La verdad es que la forma en que le conocí fue divertida:
Yo salía de un concierto (no recuerdo de quién, así que no debía de ser muy bueno), y me había quedado sin tabaco.
Empecé a escudriñar a las personas que tenía a mi alrededor y fui a preguntarle a ese sujeto fantasma si tenía un cigarro. Me dijo que no y no sé muy bien cómo empezó a enlazar una cosa con otra mientras me hablaba. El caso es que le recordé que yo me había dirigido a él única y exclusivamente porque quería un cigarro, y que si no tenía cigarro yo me iba a buscarlo… También le dije que si cuando volviese (con el cigarro) seguía allí, continuábamos hablando.
Poco tiempo después volví, sin mi cigarro (porque ya me lo había fumado) y allí seguía… Entonces me dijo: «De haberlo sabido…». Yo me empecé a reír y le dije que no sabía lo que había dicho… Me dijo que sí… Le dije que no… Y me dijo que ese era el título de una canción de Quique González. Flipé, porque era (y es) una de mis canciones favoritas de Quique, y era justo lo que había pensado cuando me dijo tal cosa.
En ese momento salieron mis amigas del concierto y una de ellas gritó algo así como que nos diésemos los móviles de una vez y dejásemos de ligar porque a nosotras nos esperaban en otro sitio…
Obedientes, muy obedientes, intercambiamos los números de teléfono y nos despedimos.
Ahí empezó la primera fase…
El trueque dio sus frutos y desde ese mismo día empezamos a escribirnos, entonces por SMS (madre de Dios!!), y a contarnos mil batallas…
Recuerdo que esa persona fue al concierto de Bumbury, a golpe de miércoles, y me llamó con una de las canciones que más me gustaban entonces: Doscientos huesos y un collar de calaveras…
Luego me propuso tomar un vino un día de la semana siguiente y allí que fui… Llegué primero. Pedí un vino (rioja) _era en lo que habíamos quedado_ y esperé. Apareció, pidiendo mil disculpas, por los 10 minutos de retraso.
Ese día fue el primero de varios en dos o tres meses en los que tomamos vinos (riojas y no tan riojas), cervezas, copas…
Y luego llegó otro día en el que despareció. Sí, desapareció.
Y cuando digo des-a-pa-re-cer quiero decir des-a-pa-re-cer.
No volví a ver a esa persona nunca más. Y lo que me preocupa no es que no haya vuelto a saber nada de ella (sigue viva y eso es lo más importante, y, además, algo sí supe) sino que jamás supe por qué desapareció.
Y sí, lo pregunté. Pues nada, oye, que no hubo respuesta.
Como te puedes imaginar, hice mil y una cábalas… Probablemente muy parecidas a las que estás haciendo tú ahora. Pero nunca supe con certeza qué pasó.
Y claro, como también te puedes imaginar, no me sentí lo que se dice estupendamente. Porque se me había desaparecido una persona!!!!
Entonces, yo que soy de sacarle el lado bueno a lo más malo, comprendí lo que a veces puede conllevar vivir en una gran ciudad (porque quise comprender eso y no liarme con otras historias). Yo soy de Lugo, y claro, si en Lugo haces esto, por mucho que te empeñes, en menos de 10 días te vuelves a cruzar a esa persona y entonces ya veremos… Pero en Madrid no!!! Jamás la he vuelto a ver. [De paso, léase a sensu contrario… También lo aprendí para mí (aunque rechazo absolutamente la máxima que guía la vida de algunas personas que dicen algo así como… «Si no le voy a volver a ver en la vida…!» Hace ya tiempo que entendí que el destino es muy caprichoso… Y si estás en Estambul lo es mucho más…)].
Desde entonces me pregunto por qué la gente se desaparece. Porque la gente se desparece.
Y oye, que yo no digo nada… Eres libre de desaparecer cuántas veces quieras (no perdiendo de vista que algún día pueden empezar a desaparecérsete a ti)… Pero, coño, explícate!!!
Yo sé que cuesta… Claro que lo sé!! Una vez quise desaparecerme y no veas lo que me costó hacerlo con dignidad y sin dejar a la otra persona con cara de tonta… La verdad es que creo que lo hice bien, aunque me llevó medio mundo de indirectas y el otro medio de directísimas, pero creo que no sintió que me le había desaparecido porque me dio las gracias por la… Sí, por la explicación.
El caso es que la gente se desaparece.
Y ahora que lo pienso… Yo también me desparecí una vez… Pero no porque quisiera… Esa vez me desaparecieron!!!! Sí, sí… Pero esto ya lo contaré otro día…
En fin, que desaparezco… Me voy a la piltra que ya son horas, todavía es martes, tengo muchas cosas que hacer esta semana y al Barça le han metido un baño que pa’qué…
Si te apetece recordar viejos tiempos, aquí te dejo una canción más, que habla de aparecer… Porque de desaparecer, en sus diferentes versiones, hoy estoy un poco cansada… 😉